Este libro me lo regaló mi querida amiga Raquel Ruiz-Moreno: “Como se que amas a Murakami, aquí te presento a otro japonés: Yasunari Kawabata. Buen regreso a tu hogar”, escribió, como ella siempre lo suele hacer: llegando al corazón. Me lo dio justo cuando me iba de España y regresaba a Colombia con mi bebé en la panza. El título no podía ser más acertado, al acercarse la maternidad, venía a encontrarme con lo bello y lo triste.
‘Lo bello y lo triste’ es un libro, que narra la historia entre Oki y Otoko, dos amantes, que se recuerdan el uno al otro como el amor más grande de sus vidas, pero con fatídicos desenlaces: Oki era un hombre casado con un hijo pequeño, quien jamás se divorcia y deja a Otoko, una joven de 16 años, luego de que ella quedara embarazada y perdiera a su hija al nacer. Oki escribe el libro de su historia, regresa a su recuerdo constantemente y no logra olvidar a Otoko, quien tras un largo padecimiento por él y su hija fallecida, se convierte en una importante pintora. Ambos se encuentran luego de casi 20 años para llegar a un desenlace inesperado por el lector.
Kawabata todo el tiempo nos está llevando por deliciosos parajes: montañas rocosas, arroyos, el río con la gente paseando por su ribera, las noches de verano, las luciérnagas, los olores, la belleza, la tristeza, las flores, los árboles. Todo lo describe con una visión muy particular y sensible.
Luego de muchos años, Otoko tiene una amante, Keiko. La joven es impulsiva y extravagante: también artista, enamorada de su maestra y decide que quiere vengarla. Trae al presente la antigua y gran pasión de Otoko y Oki, seduce al hijo de Oki: Taichiro y todo termina en un triste desenlace.
Sinceramente, de Kawabata no me sedujo mucho la trama, los acontecimientos, sino la bella narración que hace de los parajes, de sus personajes, de los olores. Es un maestro en retratar la belleza y le agradezco a mi amiga Raquel por recomendarme este sencillo, pero bello libro de Kawabata, quien fue premio Nobel de Literatura en 1968.