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Mi primer día de trabajo después de ser mamá

Supongo que tenemos muchos primeros días y estos seguirán ocurriéndose toda nuestra vida. Estuvo nuestro primer día en el jardín infantil, el primer día en el colegio, tal vez el primer día de universidad, el primer día sin alguien a quien amábamos, el primer día en una nueva ciudad. O viviendo solos, nuestro primer día en nuestro primer trabajo y este que es el primer día sin tu hijo o hija, cuando debes o quieres volver al trabajo. Por supuesto no todas lo vivimos. Sin embargo, somos millones de padres y de madres que lo hacemos. Así que no es algo extraordinario, sino supremamente ordinario, pero no por eso deja de ser un momento impactante en el microcosmos que es la vida de cada quien.

Por eso, hoy cuando empaco mis maletas (porque mi nuevo trabajo me lleva dos días lejos de ti hija mía) siento el corazón arrugado, aunque sin embargo me emocione volver a un trabajo que me apasiona (no me imagino si no fuera así). Definitivamente es un momento ambiguo si es que todo lo que conlleva amor no lo es. Pero te extraño demasiado y es como si se me hubiera quedado la mitad de mi cuerpo anclada en otro tiempo y espacio. Y eso que me di una comida que se me antojaba hace tiempo, paseé un poco y también amé mi libertad, pero a ti hija mía te llevé en cada pensamiento. Ahora sé porque las mamás les dejamos toda la cara untada de labial cuando nos vamos. Por fin entendí porqué lo hacía la mía. Quería comerte a besos y llevarme tus manos, tus pies, tu olor. Si que es un gran paso para ambas y agradezco con el alma tus besos y sonrisas de despedida. Te amo pequeña. Sé que mañana te veré en la noche. Es poco tiempo aunque ese primer día debo vivirlo como es: un reto, con la falta inmensa que me haces. pero seguro un paso necesario para esta vida que ahora no es solo mía, sino nuestra. Mientras tanto admiro tanto a las madres: las que seguro partieron más pronto al trabajo porque yo tuve la enorme dicha de estar contigo ocho meses completicos. También admiro a las que se quedan en casa. En todo caso ambas decisiones, como casi todo al ser madre, requieren de una gran valentía.


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